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Que hace una chica como yo...

Personal

Presión

Esto no ha hecho mas que empezar y... ya noto la presión.  Espero poder soportarla.

Tengo un tesoro

Desde que la conocí, supe que era buena.  Como maestra es insuperable, transmite mejor que nadie, contagia, emociona...  Y lo hace desde mucho antes de que se pusiese de moda  ;)

Como compañera es de lo mejor que te puedes encontrar por el camino. Tuve mucha suerte en encontrarla...

Así que tengo un tesoro.  Porque es mi amiga. Porque está siempre ahí.  Porque me apoya...

Gracias 


Lloro

Ya se que no merece la pena pero no lo puedo evitar. Me acabo de "comer un marrón" que no es mío, que no merezco, que no he buscado ...

Necesito poder explicarlo. Necesito que me defiendan....

No puedo parar de llorar...

Mala Suerte

Prefiero no pensarlo.  ¿Cómo es posible que me pase esto? y... ¿cómo es posible que me pase por segunda vez? Mejor no pensarlo...

No puedo hacer nada.  No depende de mí.  Alguien ha debido "echarme un mal de ojo"

Mis mejores deseos, chicos.  Lamento profundamente no poder estar.  Mucho más de lo que os podáis imaginar....

Es un honor que te inviten, una gran suerte... y una muy mala suerte el no poder ir.

Os deseo una muy feliz fiesta, una estupenda noche....

Espero que lo disfrutéis.  Estoy segura de que será así.

En cualquier caso: GRACIAS

Vida Normal

Eso es lo que me dijeron que hiciera y… lo que he intentado hacer hoy.

Reunión a las 10. No ha ido mal. Tengo mucha suerte de trabajar con ambas. Pero yo voy a cámara lenta. O al menos así lo siento yo. No estoy al 100%, ni tan siquiera estoy optimista sino más bien todo lo contrario. A pesar de que todo marcha. A pesar de que “aparentemente” va a ir bien. A pesar de que … A pesar de todo.

No he tenido tiempo para nada. Hemos estado hasta las 15:30 reunidas, incluso hemos comido en el despacho. Y no me he enterado ni de la mitad de cosas que tengo pendientes, como tampoco he podido abrir todo el correo que estaba encima de mi mesa, ni tan siquiera he podido organizarme las cosas. Algunas, incluso, no han “salido” del coche….

Pero… ¿cómo es posible si me han dicho que hiciese vida normal?

Lo normal, debe ser, el sentir en menos de media hora un agobio increíble. Lo normal, debe ser, el que te sientas perdida. Lo normal, debe ser, el haber entrado de nuevo en nuestro “Stargate” particular, donde el tiempo internamente se ralentiza para descubrir –con horror- que fuera no es así….

Lo normal es que estés deshecha, y te llamen diciéndote que tienes al peque con fiebre. Lo normal es ir “corriendo” y llevarlo a urgencias. Lo normal, es que te preguntes cómo es posible si hace menos de 24 horas que dejó el antibiótico. Lo normal, es que después, en el camino de vuelta, quiera jugar un ratito en el tobogán…

No puedo hacer muchas cosas y otras tantas, las hago pero no estoy. Ya sé que, físicamente, me recuperaré, todo es cuestión de tiempo, quizá mucho menos de lo que ahora pienso...

Pero yo me pregunto si voy a ser capaz de vivir mi vida normal o si quizá mi vida ha cambiado… Quizá, simplemente sea, que ya no tengo aquella vida…

Noche Mágica

Esta noche es una noche mágica, es la noche de Reyes. Hay que irse pronto a la cama…

Todavía recuerdo a mis padres diciéndome: “Venga, a la cama, que esta noche vienen los Reyes”. Todavía puedo sentir aquella emoción.

Recuerdo como me escondía detrás de la puerta de mi cuarto tratando de captar cualquier movimiento de los Reyes y también recuerdo cómo mi madre me decía que si los Reyes me veían, no me dejarían nada. Recuerdo estar en la litera de arriba con los ojos y los oídos “abiertos”, pero no recuerdo haberlos escuchado nunca. Recuerdo haber preparado, junto con mis padres, comida para los Reyes, dejarles caramelos (de menta, que raros estos Reyes) y turrón, y hasta una botella por si tenían sed…

Recuerdo la ilusión con la que me levantaba. Mis padres gritaban: “Han venido los Reyes, han venido los Reyes”. La batería de mi hermano estaba en mitad del pasillo, y la “trinos” de mi hermana pequeña en el salón, los cuentos de Disney… Los caramelos y la comida habían desaparecido y también habían estado bebiendo!!!! Mis padres tenían razón: los Reyes, sin duda, tenían sed.

Y recuerdo el día en que mi hermano, un poco más pequeño que yo, me “descubrió” a los Reyes… Él se alegraba porque así podría elegir el balón que quería y yo lloraba desesperadamente mirando a mi madre diciéndole que no podía ser. También recuerdo la cara de tristeza de mi madre tratando de explicármelo y cómo rápidamente miró a mi hermana y dejamos el tema. Ese día aprendí algo sobre el instinto de protección. Recuerdo que aquella misma tarde fuimos a una tienda muy pequeñita, a la que habíamos ido muchas veces, y yo buscaba desesperadamente el escondite de los Reyes. Un escondite que aquel día se desvaneció.

Mucho más tarde vino Papa Noel pero a él no le creí. No tengo nada en contra tuyo, Papa Noel, pero llegaste tarde. Los Reyes siempre serán los Reyes.

Pasaron los años y la noche de Reyes volvió a tener algo de magia aunque de manera distinta. Todos los amigos nos reuníamos en casa de los padres de Lorenzo y celebramos aquella noche. Sus padres nos dejaban la casa. Cada uno traía un plato cocinado por él (al menos se intentaba) y lo aportaba. Los días previos también eran mágicos: qué hago yo, trae esto tú, voy a preparar tal cosa… y todos podíamos. No había excusas. ¡Que hartón de comer! ¿Cómo es posible que fuésemos 12 ó 14 y probásemos 14 platos y, por supuesto, roscón? Esta tradición, aunque con cambio de casa, duró hasta hace 2 ó 3 años. Las “nuevas obligaciones” pueden con todo.

Pero he empezado diciendo que esta noche es una noche mágica y es verdad. Por primera vez puede que esté con los Reyes. Todo es gracias a Juan, mi hijo. Tiene dos años y medio y empieza a sentir esa emoción. El quiere que hable con los Reyes porque les ha pedido una “isi-ke-ta”. Así que esta noche, tendré que estar con sus majestades, para pedirles que le dejen a Juan su “isi-ke-ta”. Por si acaso me duermo y no los veo, les dejaré una carta contándoles todo y también comida y bebida, ¡que no se me olvide!

Sin duda es una de las emociones más fuertes que pueden sentirse a lo largo de la vida, una ilusión increíble en la que todos creemos cuando somos niños y… no tan niños.

Así que ¡corre! Hay que irse pronto a la cama. Esta noche vienen los Reyes.